¿Dormir es de vagos?
La verdad sobre el descanso y su impacto en nuestra salud
El otro día, charlando con un amigo que siempre está al pie del cañón (de esos que se enorgullecen de dormir poco), le soltaron en la cara: “¿Dormir es de vagos? ¡Eso es un mito!” Y ahí empezamos a discutir si es mejor dormir poco y aprovechar cada segundo o si, al contrario, el sueño es una de las claves para ser productivos y estar sanos.
Desde mi experiencia, no me cabe duda: dormir bien es uno de los pilares básicos para vivir en equilibrio. Y no hablamos solo de estar descansado, sino de todos los beneficios que aporta un sueño de calidad a nuestra mente y cuerpo. Pero claro, entre el trabajo, las obligaciones y el móvil, ¡parece que dormir es un lujo!

¿Por qué el sueño es tan importante?
Resulta que mientras dormimos, el cuerpo no está “desactivado”. Está haciendo su magia. Durante las fases del sueño profundo, se lleva a cabo una “limpieza” de toxinas en el cerebro, se fortalece el sistema inmune y se consolidan recuerdos y aprendizajes. Así que, cuando dormimos poco, estamos limitando todos estos beneficios y poniendo en riesgo nuestra salud a largo plazo.
La falta de sueño y sus efectos
Dormir menos de lo necesario puede tener efectos inmediatos: dificultad para concentrarse, cambios de humor, reducción del rendimiento físico… ¡y esto es solo el comienzo! Si se convierte en un hábito, los efectos son aún más serios: riesgo de hipertensión, problemas cardiovasculares, aumento de peso, incluso un sistema inmunológico más débil.
¿Cuántas horas de sueño necesitamos?
Cada persona es un mundo, pero los expertos suelen recomendar entre 7 y 9 horas de sueño por noche para los adultos. Aun así, no solo importa la cantidad de horas, sino la calidad del sueño. Por eso, es importante mantener una rutina de horarios, evitar el móvil antes de dormir y crear un entorno adecuado para el descanso.
Consejos para mejorar el sueño
Si quieres dormir mejor, prueba estos consejos:
- Crea una rutina de sueño. Intenta acostarte y levantarte siempre a la misma hora, incluso los fines de semana.
- Evita pantallas antes de dormir. La luz azul del móvil o del ordenador puede afectar el sueño.
- Haz ejercicio durante el día. La actividad física ayuda a regular el sueño, pero evita hacerla justo antes de dormir.
- Cuida tu alimentación en la noche. Evita comidas pesadas y cafeína en las horas previas al descanso.
Dormir bien no es opcional, es esencial
Al final del día, cuidar nuestro descanso no es una señal de pereza, sino de inteligencia. Un cuerpo bien descansado es más eficiente, tiene más energía y afronta mejor cualquier desafío. Así que, la próxima vez que te digan que dormir es perder el tiempo, recuerda: dormir bien es ganar en salud.
